Siempre le hice el amor

Hacer el amor es para sentirlo desde dentro, 
es la entrega humana con otro ser sumamente especial. 
Si nos entregamos 
sin amor, 
cariño, 
respeto, 
gusto, 
real esencia, 
es una pérdida de energía. 

Los Touch&Go son disfrutables para una única vez 
se envuelven en la nada, 
por ende, 
queda en nada, 
es lo que son, 
nada.  
Entregar tu desnudez es impresionantemente único, 
no debe ser entregado banalmente. 
Si partimos por una entrega a la cual no le damos valor, 
se convierte en el desastre perfecto del humano, 
usar y desechar. 

No entrego por placer, 
entrego por amor, 
siempre será de aquella manera. 
Si persistimos en entregas vacías, 
al dejar la entrega no importará en lo absoluto, 
prefiero que moleste un momento 
a que sea parecido al papel que boto a cualquier basurero de la ciudad. 

El amor es el que se lleva en las venas. 
Si decides creer que eres un ser egoísta, 
recibirás vivencias llenas de aire sin sabor ni calor, 
te comportarás de una manera que realmente, 
dentro de tu ser, 
detestarás. 

Cuando le hacía el amor, 
lo hacía al momento de estrecharlo en mis brazos, 
desde que abría la puerta 
y me decía frases diferentes cada vez que nos encontrábamos. 

Si avanzas con amor, 
vivirás en amor. 
Si avanzas con miedos 
te quedarás en los temores misceláneos de la vida, 
pero no del sentimiento necesario para entregar 
la sonrisa que nace de la plenitud 
que te hace renacer 
crece dentro de ti. 

Persisto en hacerle el amor a los momentos de mi vida, 
si pues él no, 
el problema es de su corazón. 
Yo le hice el amor toda

s las veces que lo vi, 
hoy no puedo si no dejar que esto se vaya como él lo dejó ir, 
con la mayor calma y displicencia que le entregó al no querer mirarme 
al no decir lo que sentía desde su alma confusa y trastornada, 
que se acongoja cada vez que cree que será mutilada.